jueves, 20 de marzo de 2014

Un deber mayor que el voto.

En estos días que he pensado y reflexionado sobre mi pasión a la lectura recién descubierta y lo que conlleva, como es la afición a la escritura, trate de recordar desde cuando tenia esta afición, me di cuenta que no es de hace un par de años, recordé un proyecto que nunca termine cuando tenía unos 12 o 14 años comencé a escribir una novela de crimen policíaco para mi papá, a mi corta edad logre avanzar hasta unas 30 páginas a doble espacio que le pedía a mi hermana que me ayudara a transcribirla a la computadora porque en esos días e incluso a los actuales mis dedos no son tan rápidos como mis pensamientos, eso me retrasa y hace que muchas de mis ideas queden en el aire. Para aquellos días creo que cursaba lo que aquí en el país es el séptimo u octavo grado (mi memoria es mala para datos tan triviales) el punto es que sin tener experiencia alguna, sin haber leído mas que un par de libros (pues en ese entonces no era lector aficionado) me aventure a tratar de escribir algo original, era una novela de las que leía mi papá y cuyos personajes principales eran muy al estilo película de acción barata de Hollywood llamados Jack y John, incluso había maquinado una trama envolvente y un crimen de difícil resolución (a mi parecer) al mejor estilo Sherlock Holmes, sin haber leído nunca un libro de Doyle, lo que me lleva al punto principal de toda esta palabrería que no sirve más que contextualizar mi punto.

La naturaleza creativa y curiosa del ser humano está ahí, nos espera, esta nunca nos buscara a menos que la estemos buscando y si la encontramos debemos aprovecharla. Desde que me he aficionado con la escritura tengo la costumbre de tener siempre una libreta conmigo donde escribo cualquier idea ridícula que se me ocurra, así, si la tan evasiva inspiración llega nunca me encontrara con los pantalones abajo. La diferencia entre soñar y hacerlo esta a un paso. Esto no lo escribo como libro de auto ayuda; la luz esta dentro de ti y todas esas tonterías, simplemente me emociona la idea de pensar que a mi lado esta sentado el próximo Alberto Masferrer que no ha tenido el valor de comenzar a escribir, me emociona pensar que seria de nuestra sociedad y cultura si todos dibujáramos lo que vemos, escribiéramos lo que pensamos, cantamos lo que escribimos, qué clase desarrollo cultural, social e intelectual tendríamos, sin nada que envidiar a los países de primer nivel ¿Por qué digo esto? pues porque no se necesita estudiar escritura para empezar, no se necesitan clases de dibujo para pintar. Creen que Picasso estaba dentro del estándar de pintura de sus tiempos, los libros de Nietzsche fueron apreciados hasta años después de su muerte, pero su legado está y persiste. Si no comenzamos ahora nunca lo sabremos, la sociedad te lo exige y es un deber más grande que votar, desarrollate en cualquier arte, y crezcamos juntos, gracias por leerme, me muero por leerte a ti.

1 comentario:

  1. casi siempre pensamos que no podemos realizar algo sin haber estudiado antes, pero en realidad se puede realizar grandes cosas con practicarlas.

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